La lavanda tiene una historia fascinante que se remonta a la antigüedad. Los egipcios la usaban en sus rituales de momificación, mientras que los romanos la empleaban como perfume para lavar la ropa. En la Europa del siglo XIV, su aceite se utilizaba como sedante y repelente de plagas, como la peste negra. Hoy en día, la lavanda sigue siendo apreciada en productos de baño y aseo, añadiendo un toque de frescura y relajación a nuestra rutina diaria.
Aceite Esencial Lavanda
· Cura heridas y quemaduras.
· Reduce la ansiedad y el estrés.
· Combate el insomnio.
· Incrementa los antioxidantes en el cuerpo.
· Alivia los dolores intensos de cabeza.
· Alivia los dolores menstruales.
· Regula la tensión arterial.
· Ayuda en el proceso de cicatrización.
· Favorece la regeneración de la piel.
· Mejora el acné y la irritación en la piel.
· Previene piojos.
· Elimina malos olores.
· Ayuda al crecimiento del cabello y elimina la caspa.
· Actúa como relajante muscular.
· Calma las náuseas y el mareo.